
Hoy mi mamá cumple 79 años. Desde temprano en la mañana, la están llamando para felicitarla, difícil que a alguien se le olvide porque es querida por todos. Y es su recompensa por tanto desvelo por los demás, hijos, hermanos, sobrinos, nietos, amigos y pegados. Ella siempre tiene un espacio para los que la necesitan, en su mente se apretujan fechas de cumpleaños, citas con el médico, problemas de escuela de los más pequeños, comidita especial que tanto le gusta a este o a aquella, el libro que fulanita necesita y no aparece.
Coqueta como la que más, bailadora, matraquillosa, exigente, inteligente, cariñosa. Me enternece verla al pie del cañón haciéndole la guerra a los achaques y protestando contra la memoria que a veces le falla.
Solo pido tenerla mucho tiempo más.