viernes, 4 de marzo de 2011

Caramelito de menta, caramelito de limón.


Hace días comenzó la campaña de vacunación antipolio. Creo que solo tenemos buenos recuerdos de aquel caramelito a los diez años, es dulce y se espera con entusiasmo.


Ayer nos avisaron del consultoria médico que hoy debíamos llevar a Amelia para la reactivación. El año pasado fue su primera dosis y comelona como era, se tomó sus goticas y miró con ansiedad a la enfermera a ver si le daba más.


Pero este año, Amelia que ha sacado el carácter de su padre, no está para goticas y mucho menos si vienen de manos de una señora con una bata blanca que ella no conoce. Su papá preguntó si no podía dárselas el y así se evitaba todo el perreteo de la niña pero la enfermera, intransigente o quizás celosa cumplidora de su trabajo, le dijo que no, que las goticas se las debía dar un especialista. Y sin mucho miramiento, le agarró la boquita a la peque y se las echó. Amelia debe haber lloriqueado un poco pero nada del otro mundo.


Fin de la historia, el padre anda blasfemando contra las enfermeras.

5 comentarios:

  1. Jjajajajaa, como todos los padres! Me parece estarlo oyendo. Pobrecita mi niña! Nada Nuri, déjalo blasfemar y ve acostumbrandote...que eso solo es el comienzo de lo que vas a tener que oir toda la vida......

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  2. Según Ale, le lastimaron una pequeña cicatriz que Amelia tiene en el labio, se lo dejaron morado!!! Ahora cuando yo llegue no tiene nada, seguro, seguro...

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  3. A mi me pasa igualito que al papa de Amelia..me pongo mas pesao que los muñequitos rusos...permitan que el hombre se desarrolle que eso de que padre es cualquiera es un cuento.

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  4. Estoy plenamente de acuerdo contigo, eso de que padre es cualquiera es puro cuento. Mi papá fue un padre genial, siempre estuvo presente en todo. Y Ale lo está haciendo igualito, Amelia y yo tenemos esa gran suerte.

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  5. Comprendo perfectamente al buen padre, que todavía es buena gente y no forma lo desagradable. Mariana hubiera estrangulado a la enfermera.

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